Compañías de todo el mundo se encuentran lidiando con una grave crisis logística que ha supuesto una interrupción en el suministro de materias primas esenciales como consecuencia de la pandemia. Los cierres causados por la nueva variante Delta y el desabastecimiento de las cadenas de suministro amenazan la recuperación económica e impulsan la inflación. En este contexto, las empresas deben dar una respuesta rápida a múltiples frentes a la vez: proteger a sus empleados, especialmente a aquellos más expuestos en el desarrollo de su actividad, y salvaguardar la viabilidad operacional, sin olvidar la importancia de crear resiliencia frente a shocks futuros.